En la actualidad que vivimos, el cine y la televisión en general, es una herranmienta que casi no puede faltar en nuestro hogar, ya que además de entretenernos, tenemos la necesidad de sentirnos acompañados cuando estamos solos. Esto puede comprobarse que muchos de nosotros pongamos la televisión nada más llegar de casa.
Pasamos la mayor parte de nuestro tiempo viendo la televisión desde que somos pequeños, y esto puede tener ciertas consecuencias no previstas inicialmente y de la que quizás no seamos conscientes, al igual que el acto de encender la televisión nada más llegar a casa, un acto que ocasiones realizamos sin darnos ni siquiera cuenta.
Según un estudio realizado por especialistas de pediatría de los Estados Unidos, muchos de los padres están insensibilizados ante la presencia de escenas con contenido sexual o de violencia en la televisión. Esto hace que no protejan como es debido a sus hijos ante este contenido.
El 68% de las series de dibujos animados para niños contienen también escenas de violencia. Es el ejemplo de series como Pokemon o Naruto, series que muchos de nosotros hemos visto y que se asocian claramente con la infancia.
Los padres ya cada vez más insensibilizados, no prestan atención a ese tipo de contenido, haciendo que normalicen la situación televisiva a ojos del niño, insensibilizando con un mayor potencial a este.
En la investigación que se realizó, se invitó a 1000 padres de niños adolescentes para visualizar películas. Se le preguntó a los padres que a qué edad permitirían dejar a sus hijos los contenidos de dichas películas; y los investigadores observaron que cuanto más imágenes de violencia y sexo aparecía en la película, más bajaban los estándares. En un principio, los padres calificaron esas escenas en un promedio de 17 años, pero al final del estudio, cuando los padres habían visto ya muchas imágenes de violencia y sexo similares, bajó el promedio a 13 años. Los investigadores llegaron a la conclusión de que los padres que veían esos tipos de contenidos acababan insensibilizándose.
Los niños imitan lo que ven, y la televisión la ven con demasiada frecuencia. Es por ello que los padres deben administrar a sus hijos las horas adecuadas de televisión y haciendo un seguimiento sobre los contenidos que pueden ver y los que no, ya que muchos son perjudiciales como hemos visto y los cuales propician un aumento de la agresividad, pero muchos también son educativos.
Pasamos la mayor parte de nuestro tiempo viendo la televisión desde que somos pequeños, y esto puede tener ciertas consecuencias no previstas inicialmente y de la que quizás no seamos conscientes, al igual que el acto de encender la televisión nada más llegar a casa, un acto que ocasiones realizamos sin darnos ni siquiera cuenta.
Según un estudio realizado por especialistas de pediatría de los Estados Unidos, muchos de los padres están insensibilizados ante la presencia de escenas con contenido sexual o de violencia en la televisión. Esto hace que no protejan como es debido a sus hijos ante este contenido.
El 68% de las series de dibujos animados para niños contienen también escenas de violencia. Es el ejemplo de series como Pokemon o Naruto, series que muchos de nosotros hemos visto y que se asocian claramente con la infancia.
Los padres ya cada vez más insensibilizados, no prestan atención a ese tipo de contenido, haciendo que normalicen la situación televisiva a ojos del niño, insensibilizando con un mayor potencial a este.
En la investigación que se realizó, se invitó a 1000 padres de niños adolescentes para visualizar películas. Se le preguntó a los padres que a qué edad permitirían dejar a sus hijos los contenidos de dichas películas; y los investigadores observaron que cuanto más imágenes de violencia y sexo aparecía en la película, más bajaban los estándares. En un principio, los padres calificaron esas escenas en un promedio de 17 años, pero al final del estudio, cuando los padres habían visto ya muchas imágenes de violencia y sexo similares, bajó el promedio a 13 años. Los investigadores llegaron a la conclusión de que los padres que veían esos tipos de contenidos acababan insensibilizándose.
Los niños imitan lo que ven, y la televisión la ven con demasiada frecuencia. Es por ello que los padres deben administrar a sus hijos las horas adecuadas de televisión y haciendo un seguimiento sobre los contenidos que pueden ver y los que no, ya que muchos son perjudiciales como hemos visto y los cuales propician un aumento de la agresividad, pero muchos también son educativos.
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