La visualización de imágenes violentas en películas o series de televisión, podría ser perjudicial para nuestra salud. Para comprobar esta teoría, la Escuela de Medicina Icahn en el Monte Sinaí e Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, realizaron un estudio con personas altamente violentas y otras poco violentas cuando veían imágenes violentas. Comprobaron mediante el escaneo del cerebro que éstos son distintos, y que presentan actividades en distintas áreas del cerebro.
Para la investigación se utilizó una muestra de 54 personas dividido en dos grupos: las personas que presentaban rasgos violentos, y las personas que no lo presentaban. El grupo con rasgos violentos, vieron imágenes de acción; esto provocó que la actividad del cerebro fuera alta en ciertas partes del cerebro, mientras que la corteza orbitofrontal, la zona del autocontrol y emociones, era muy baja.
Esto le pasaba a las personas con tenencias agresivas, mientras que a los que no presentaban ese rasgo, presentaban un aumento de la presión arterial.
La hipótesis del estudio afirmó, que si la gente presenta rasgos
agresivos desde el inicio, procesará las informaciones violentas de una manera
diferente en con respecto a las personas no agresivas.
Alia-Klein destacó que la agresividad en las personas se desarrolla con el sistema nervioso desde la infancia, estableciendo los
patrones de comportamiento que tendrán en su edad adulta. Es decir, si un niño es expuesto a imágenes de alto nivel de
violencia como videojuegos, programas de televisión,
películas o violencia doméstica; el cerebro reaccionará de
forma distinta y los patrones de comportamiento en edad adulta tenderán
a ser más agresivos.
Esto es un estudio realizado que confirma la hipótesis inicial, lo que conlleva a hacer una posible reflexión sobre lo que ven nuestros hijos y cuestionarnos su futuro. Esto, parece una idea desorbitada ya que a esta cuestión no se le presta mucha atención, posiblemente por el desconocimiento de la gran mayoría, sin embargo, éste conocimiento nos lleva de una forma casi obligada a realizar medidas para controlar lo que nuestros hijos ven.
Mi propuesta para que este tema se radicado, es dar charlas contínuas a padres, para difundir éste conocimiento que muchos desconocen y que no es por ello menos importante, pues afecta a miles de niños que ven contenidos no adecuados para ellos.
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