Para hacer esta entrada, he tirado de revisión bibliográfica, y he considerado importante y de gran aportación, el trabajo porpuesto por CARRERA,
M. V. y PEREIRA, M. C. (2006)
Este trabajo surge de la necesidad de promover una responsabilidad por parte del profesorado y de las familias, para formar a
los adolescentes en aquellos aspectos necesarios para su adecuado
desarrollo personal, dentro de los cuales figuran la identidad de género y las emociones.
Para ello se realizó un programa de intervención pedagógica , que utiliza el cine como herramiento didáctica, para propiciar el cambio de creencias (estereotipos) y el consecuente cambio de actitudes (sexistas).
Este programa está dirigido a jóvenes de 12 a 18 años con los objetivos de:
- Promover un desarrollo integral de los adolescentes, atendiendo a dos aspectos primordiales en esta etapa vital: la identidad de género y las emociones.
- Potenciar unas relaciones más igualitarias y más satisfactorias entre ambos sexos.
- Valorar el cine como recurso didáctico relevante para la intervención pedagógica.
ACTIVIDADES.
Actividad 1: Los alumnos realizarán antes de ver la película una ficha con las correspondientes definiciones de: estereotipo de género, sexismo, feminismo, coeducación, androcentrismo e igualdad de género. Esto ayudará a analizar más facilmente la película.
Actividad 2: Los alumnos identificarán los estereotipos existentes en su entorno; en casa, en el instituto, en el barrio o en los medios de comunicación.
Actividad 3: Tras la visualización de la película, se analizará en clase las secuencias más significativas. El profesor deberá fomentar el debate, con el fin de que el alumno utilice su actitud crítica para defender las posiciones; todo ello mediante preguntas realizadas por el profesor sobre los valores que se pueden observar en la película y sus grados de acuerdo o desacuerdo con ellos.
En definitiva el programa es una propuesta que
educadores y educadoras, tanto del ámbito formal como no formal
puedan utilizar para contribuir con su interés y motivación a la
consecución de un nuevo mundo de “personas” y no de “sexos,
propiciando así una sociedad más justa e igualitaria, en la que
hombres y mujeres establezcamos unas relaciones más saludables y
constructivas, basadas en el respeto, la sensibilidad, los afectos,
el apoyo mutuo, la comprensión y la empatía (Cobo, 2005).
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